martes, 10 de noviembre de 2009

El nacimiento oscuro de Nancy

¡Hola! Este es el "cuento ideal" que nos pidieron escribir para nuestro libro en Caza de Letras. En este caso, este es el cuento que yo considero que es ideal para el libro Hematofagia y vampirofilia. No tiene todos los elementos que uso en los demás cuentos, pero me hubiera encantado meterlo en mi libro. Bueno, ¡disfruten!

-¡Es un parásito!
Pensaba Nancy mientras se miraba al espejo con ojos desorbitados.
En lugar de acariciar su estómago con mano suave como cualquier otra madre hubiera hecho, enterraba sus largas uñas color carmín en el bulto carnoso que se ocultaba debajo de su vestido floreado.
-¡Se está alimentando de mí!- gritó, desgarrando la suave piel en un rápido movimiento que le levantó una uña postiza, entintando sanguinolentas gotas por doquier.
Nancy retuvo su aliento. Después, muy lentamente, agachó su cabeza hasta encontrar la tela jironada. Unos rasguños voluminosos se comenzaban a formar y el dolor proveniente de su dedo índice la hizo llevarse ausentemente la mano a la boca y lamer la carne viva.
El sabor oxidado le produjo un deseo nauseabundo y sin poder evitarlo, los movimientos peristálticos convulsionaron su desayuno medio digerido a través de su boca.
-Te comes lo poco que como, y si no te gusta, lo escupes, ¿verdad? ¡Mocoso neonato! ¡Me escupes! ¡Vomitas dentro de mí como si fuera tu maldito escusado! ¡Estúpido!- exclamó al tiempo que golpeaba su vientre.

Se levantó despacio. Con el dorso de una blanca mano perfectamente manicurizada, se limpió descuidadamente el rostro dejando una traza de lápiz labial “Nancy de Reyna” en su polveada mejilla. Con una mirada animal, bebió la imagen que lentamente aparecía en el espejo manchado.
Los ojos azules se ocultaban bajo sombras mapaches y su cabello recién teñido se enredaba en rastas alcohólicas, mientras una garra civilizada acariciaba los umbilicales parches violáceos con algo que se podría considerar ternura.
Nancy inclinó un poco la cabeza hacia un lado y luego al otro. Y en un arrebato, destrozó el patrón abdominal y enterró las uñas fieramente en la piel expuesta.
No se detuvo aun cuando trozos epidérmicos se desprendían y otros se atoraban en el estilizado plástico. Continuó, con un rictus labial, arrancando pedazos mutilados de piel y músculo y aun cuando sus entumidos dedos se atoraron entre los diminutos vasos azulados, permaneció agujereando el pantanoso hueco donde la cabeza del feto debía reposar. Siguió rascando aun cuando sus uñas habían perdido el filo y descansaban enterradas entre el meollo fétido de sus vísceras.
-Así que soy tu cascara, ¿eh?
En un final intento de dar muerte por cesárea a su hijo, Nancy acercó sus dos manos al viviente cadáver prenatal y torciendo su cara en una mueca, expiró en un nacimiento oscuro.

sábado, 7 de noviembre de 2009

Columna vampírica: Drácula


¡Hola! Este es el artículo que salió hoy en La Jornada de Morelos. Espero que lo disfruten.

Después de más de cien años, la influencia de Drácula prevalece. Infortunadamente, los escritores contemporáneos han abusado de los recursos “draculinos” al punto que llegan a ser tediosos, estigmatizando así, la figura del vampiro. Habiendo tanto potencial por explotar, no me explico por qué los autores se obstinan en imitar al maestro. No es raro encontrar, por ejemplo, vampiros fotofóbicos en las novelas de Anne Rice o estacas antivampiros en Soy leyenda o que en La historiadora el conde sea un personaje secundario. Pero ahora analicemos al original:

Escrito en 1897 por Bram Stoker, la narración es en forma de cartas, recortes de periódico y pasajes del diario de los personajes relevantes de la historia. Pluralizar al narrador permite que la novela cuente con diferentes perspectivas: sabemos lo que piensa Jonathan Harker, quien viaja a Transilvania para venderle mansiones en Londres a Drácula; nos adentramos en el método cazavampiros del profesor Van Helsing y mutamos junto con Mina después de ser mordida por el conde.

La importancia de esta novela radica en la estereotipación del vampiro; lo que hace Stoker es atribuirle a los no muertos las características que los distinguirán a partir del siglo XIX: la tez pálida y traslúcida; labios carnosos y caninos prominentes; el cabello negro, lacio y engomado; su complexión alta y delgada, ataviada con capa y trajes de la nobleza victoriana; su procedencia de Europa Oriental; su flaqueza ante los ajos y los símbolos religiosos cristianos; la manera de convertir a sus víctimas al morderlas en el cuello por varias noches consecutivas; su poder de controlar y transformarse en animales nocturnos (sobre todo en murciélagos y lobos); duermen durante el día en ataúdes que contienen un puñado de su tierra natal; su belleza construida en base a una relación hipnótica con el infectado, y la inmortalidad: las formas de darle muerte son exponer su cuerpo a la luz del sol y esparcir las cenizas o clavarle una estaca en el corazón, cortarle la cabeza y llenarle la boca de ajos.

Podrán escribir cien novelas más pero siempre serán una sombra en la que se envuelve el vampiro más famoso de la literatura y el cine.

jueves, 5 de noviembre de 2009

La Jornada

¡Hola! Les comento a todos que este sábado siete de octubre me publican en el periódico La Jornada de Morelos en la sección de Cultura. Si no lo quieren comprar, la versión electrónica estará disponible en el blog Torre de Babel.

El artículo es una reseña del libro Drácula de Bram Stoker. Está cortito, ojalá lo puedan leer y me dejen unas cuantas mordidas :D.

¡Buenas lunas!

En el País de las Maravillas...


¡Bienvenidos! Soy Ana (o Luceln), y este es mi blog y el de Nacho, mi novio. Disculpen si el diseño no es hermoso, pero sólo he tenido dos blogs en mi vida: Mórtido y el de Caza de Letras. Soy nueva, así que no se desesperen; con el tiempo mejoraré :P (aunque nunca me he llevado muy bien con las computadoras… yo sólo uso la mía como máquina de escribir :S y para el Internet, claro).

Ya que comencé con el tema de Caza de Letras, les voy a contar. Fui una de los doce seleccionados para participar en el Tercer Virtuality Literario Caza de Letras, el cual dio inicio el siete de octubre de este año. Durante un mes trabajé bajo el seudónimo de Luceln, posteando ejercicios y corrigiendo mis cuentos en base a sugerencias de parte de los jueces, de los lectores e introspecciones personales. Ayer me expulsaron.

Fui el vampiro de Caza de Letras, pero me gustaría que pudieran visitar el blog de Luceln y me comentaran el libro de cuentos que se encuentra ahí publicado, Hematofagia y vampirofilia. No es el definitivo, así que no me regañen tanto :P.

Retomando el tema, me gustó esta onda del blog y decidí, junto con Nacho, hacer uno.

Como introducción, me gustaría dejarles un breve texto de uno de mis escritores favoritos, Horacio Quiroga. Espero que lo disfruten.

Decálogo del perfecto cuentista
Horacio Quiroga

1. Cree en un maestro -Poe, Maupassant, Kipling, Chejov- como en Dios mismo.

2. Cree que su arte es una cima inaccesible. No sueñes en dominarla. Cuando puedas hacerlo, lo conseguirás sin saberlo tú mismo.

3. Resiste cuanto puedas a la imitación, pero imita si el influjo es demasiado fuerte. Más que ninguna otra cosa, el desarrollo de la personalidad es una larga paciencia.

4. Ten fe ciega, no en tu capacidad para el triunfo, sino en el ardor con que lo deseas. Ama a tu arte como a tu novia, dándole todo tu corazón.

5. No empieces a escribir sin saber desde la primera palabra adónde vas. En un cuento bien logrado, las tres primeras líneas tienen casi la importancia de las tres últimas.

6. Si quieres expresar con exactitud esta circunstancia: "Desde el río soplaba un viento frío", no hay en lengua humana más palabras que las apuntadas para expresarla. Una vez dueño de tus palabras, no te preocupes de observar si son entre sí consonantes o asonantes.

7. No adjetives sin necesidad. Inútiles serán cuantas colas de color adhieras a un sustantivo débil. Si hallas el que es preciso, él solo tendrá un color incomparable. Pero hay que hallarlo.

8. Toma a tus personajes de la mano y llévalos firmemente hasta el final, sin ver otra cosa que el camino que les trazaste. No te distraigas viendo tú lo que ellos no pueden o no les importa ver. No abuses del lector. Un cuento es una novela depurada de ripios. Ten esto por una verdad absoluta, aunque no lo sea.

9. No escribas bajo el imperio de la emoción. Déjala morir, y evócala luego. Si eres capaz entonces de reviviría tal cual fue, has llegado en arte a la mitad del camino.

10. No pienses en tus amigos al escribir, ni en la impresión que hará tu historia. Cuenta como si tu relato no tuviera interés más que para el pequeño ambiente de tus personajes, de los que pudiste haber sido uno. No de otro modo se obtiene la vida en el cuento.